sábado, 10 de septiembre de 2016

Del ser a la ex-sistencia del analista. Por Pablo Reyes

Del ser a la ex-sistencia del analista
Pablo Reyes
En el presente texto me propongo interrogar la pregunta por el “ser” del analista. En este sentido, quisiera plantear el carácter contradictorio de esta pregunta a la luz de las teorizaciones recientes sobre el final de análisis.
En primer lugar, quisiera recordar que la autorización del analista es el resultado de su propio análisis, implicando el pasaje de la posición de analizante alanalista[i]. La proposición es crucial al respecto, pues formaliza la entrada y la salida del análisis según la lógica del atravesamiento del fantasma.
En la entrada se produce la instauración del pivote de la transferencia, el sujeto supuesto saber[ii]. Esta función permitirá anudar el deseo del analizante al del analista, lo cual movilizará la falta en ser del analizante en la búsqueda de su complemento de ser bajo la lógica del fantasma. El recorrido del análisis permitirá hacer caer los significantes “traumáticos”[iii] que determinan la posición del sujeto, llevando el deseo del analizante hasta sus últimas consecuencias. En cierto modo, la posición del analizante aparece como la creencia en sujeto supuesto saber, la creencia en el Otro que nos dará la respuesta y la garantía de nuestro ser.
El proceso analítico encontrará un punto de detención, que implica la caída de la creencia en el SsS. Este punto se articula en la pregunta “¿Quién soy yo?”, cuya respuesta sólo se encuentra en el nivel de goce que encierra el fantasma, o más precisamente, a nivel de su atravesamiento[iv].
Desde ahí la definición que tendrá su formalización en el discurso del analista, a saber el analista en posición de objeto a, ser de vacío o puro des-ser (desêtre). El analista entonces es aquel que sabe que ningún objeto fantasmático es apto para colmar el vacío que anima su deseo[v]. En tal sentido, el proceso analítico implicará una deflación del deseo, una reducción del ser al cual éste “aspira”, reconociendo como causa la “nada” que lo anima.
No obstante, Lacan va a cuestionar La proposición en Aún, señalando que el objeto a no es más que semblante de ser[vi]. Esto se traduce en que la nada que el objeto encarna encuentra sus coordenadas en el carácter universalisante de la palabra[vii]. Si la vía del atravesamiento del fantasma nos lleva a la aceptación de la castración que ahí se esconde, el resultado del análisis debe ser categorizado como una universalización, un “todos castrados”, tal como lo propone Lacan en la fórmula masculina de la sexuación. Reencontramos aquí la solidaridad entre fantasma y posición masculina[viii].

En este punto cabe preguntarse: si el supuesto real del objeto a no es más que semblante de ser, entonces ¿a qué tipo de real llegaría el análisis? ¿y que efecto tiene esto en la posición del analista? En su curso L’être et l’Un, Miller muestra una vía distinta de abordar el final del análisis a partir de la noción de “outrepasse[ix]. Este término equivoca con el termino de pase que en español se traduciría como sobrepasar, buscando rescatar la experiencia del inconsciente de aquellos sujetos que habiendo atravesado el fantasma han continuado su análisis[x].
Se impone entonces una nueva vía para comprender el final del análisis. Ella se abre desde el seminario …O peor con la expresión Yad’lun. El Uno en cuestión no corresponde ni al rasgo unario[xi], que participa a la repetición que anima al fantasma y constituye al Otro[xii], ni al uno de la totalidad del conjunto.
Este Uno no es parte de los espejismos del ser producidos en y por el Otro sino que proviene de la inexistencia de la relación sexual.Así, el Uno se reduce al puro acontecimiento del cuerpo, a aquello singular del goce de un parlêtre.
Al respecto, la pregunta entonces es saber ¿por qué esto no tiene que ver con el ser y correspondería más bien a la existencia? Toda noción de ser está incluida en el campo del Otro del significante, mientras que lo Uno se define por su oposición al Otro o, más precisamente, como aquello que existe al Otro. El Uno proviene del régimen general del goce, que en esencia es femenino[xiii], es decir, un goce contingente y singular que hace agujero en el Otro.
Entonces, al igual que la bacteria que no fue nombrada en la creación[xiv], hay un real que se impone más allá incluso de la nominación, y que se atrapa por la vía de un modo de repetición diferente al del rasgo unario. Esta repetición aparece bajo la forma de la iteración, repetición autosimilar, tal como lo es aquella que funda los objetos fractales[xv].
¿Qué queremos decir con esto? Que la función del analista no sabría reducirse al ser, ni tampoco al deser del objeto a, sino que más bien el analista ha llevado su análisis hasta sus últimas consecuencias en cuanto a su singularidad, es decir, hacia la constatación del Uno y la inexistencia del Otro.

Bibliografía




[i] Lacan, J., « Proposition du 9 octobre sur l’analyste de l’école », Autres écrits, Paris, Seuil, 2001.
[ii] Lacan, J., « Proposition du 9 octobre… », op. cit., p. 248.
[iii] Lacan, J., Le séminaire, livre XI, Les quatre concepts fondamentaux de la psychanalyse, Paris, Seuil, 1973, p. 226.
[iv] Lacan, J., « Proposition du 9 octobre… », op. cit., p. 255.
[v] Lacan, J., Le séminaire, livre VIII, Le transfert, Paris, Seuil, 2001, p. 464.
[vi] Lacan, J., Le séminaire, livre XX, Encore, Paris, Seuil, 1975, p. 85.
[vii]Miller, J.-A., Le cours de l’orientation lacanienne 2010-2011, L’être et l’Un, leçon du 6avril 2011, inédit.
[viii]Lacan, J., Le séminaire, livre XX, Encore, op. cit., p. 74.
[ix] Miller, J.-A., Le cours de l’orientation lacanienne 2010-2011, L’être et l’Un, leçon du 4 mai 2011, inédit.
[x]Ibid.
[xi] Lacan, J., Le séminaire, livre XIX, …Ou pire, Paris, Seuil, 2011, p. 167.
[xii]Lacan, J., Le séminaire, livre XVI, …De un Autre à l’autre, Paris, Seuil, 2006, p. 134.
[xiii] Miller, J.-A., Le cours de l’orientation lacanienne 2010-2011, L’être et l’Un, leçon du 2 mars 2011, inédit.
[xiv] Lacan, J., Le séminaire, livre XXIII, Le sinthome, Paris, Seuil, 2003, p. 13.
[xv] Miller, J.-A., Le cours de l’orientation lacanienne 2010-2011, L’être et l’Un, leçon du 4 mai 2011, inédit.

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